La temperatura baja a 14 grados centigrados, y el aire platica en un tono burlón; mas que susurrar, rie de los que duermen,y avanza como niña pequeña descubriendo el mundo; Por la calle, se observa a lo lejos una bicicleta de color blanco, y encima de ella, un tipo regordete, que se baja de vez en vez,para apagar los faros que ya son innecesarios, por que la luz del amanecer asoma sus matices de naranja y amarillo, y sigue asomandose, hasta toparse con un perro, con pelaje de color cafe, un poco lastimado en la espalda, como si hubiera sido mordido, y flaco, con las costillas asomandose; el perro persigue al tipo regordete, que se defiende las piernas golpeando al perro con un palo; hasta que el perro deja de perseguirle,justo en frente de una casa.
La casa es de adobe, pequeña para ser mansión, pero grande para ser departamento, pintada de arriba para abajo de color blanco, y justo en medio , una raya de color rojo divide la mitad de arriba de la de abajo, y rodea la casa , hasta toparse con la puerta, metalica de color gris, con tonos previamente establecidos de óxido,misma puerta que se abre, dejando un rechinido que parece ser restado de importancia por una cara que se asoma.
Una cara ovalada con ojos redondos y grandes que apenas y son cubiertos por el fleco que tiene en su pelo negro que acaba en sus mejillas, mojadas y enrojecidas, mismas que son limpiadas por la niña con la mano que tiene libre; pues en la otra mano tiene una maleta, casi igual de grande que ella, que desliza sus ruedas entre las piedras del piso, una tras otra , hasta llegar a toparse con las llantas de una camioneta.
La maleta es cargada en la parte de atras de la camioneta por el papa de la niña, mientras que la niña se pasa adelante para despues de recibir un abrazo, una llave,un telefono celular, unas notas con numeros, y lo que parece ser una suma considerable de dinero; las campanas de la iglesia suenan a la par de cada paso temeroso que da la niña para subirse a la camioneta; y finalmente tras el Séptimo paso sincronizado, la camioneta arranca y se mueve sobre el pequeño tramo pavimentado del pueblo, zigzagueando para evitar los baches, que invaden las calles del pueblo coloreado por los rayos del sol, que ahora se posan triunfantes sobre techos, pisos y cualquie lugar visible; inclusive la ultima casa del pequeño pueblo bicicletero, el cuál empieza a tener movimiento con la venta de gelatinas, el jugo de naranja, el cazon lleno de carne de puerco y la unica gasolinería del pueblo, que atiende a la camioneta blanca, desgastada y sucia por los viajes, llena de maletas, y que se aleja poco a poco del pueblo, hasta desaparecer de la vista del pueblo; con un destino desconocido para los habitantes del pueblo; pero certero para el conductor, la gran ciudad capital.
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Me gusta la redacción estilo Benedetti , sin embargo no encuentro hilación con la historia, al principio suena interesante como narras la historia, sin embargo no encuentro un desenlace apropiado para la historia. Me parecería más interesante que el "tipo regordete" que mencionas al principio se relacionara al final con la camioneta, tal vez un choque o algo, o darle algún porqué a la historia.
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